Viajar y rodearse de naturaleza son dos actividades que, además de ser muy gratificantes, tienen un gran impacto positivo en nuestra salud mental y física. Esto se debe a que estar en contacto con la naturaleza tiene una serie de beneficios científicamente comprobados, que van desde reducir el estrés hasta mejorar la memoria y la atención.
En primer lugar, estar en contacto con la naturaleza reduce significativamente el nivel de cortisol, una hormona relacionada con el estrés. Esto se debe a que la naturaleza tiene un efecto calmante en nuestro organismo, que nos permite relajarnos y desconectar de las preocupaciones cotidianas. Además, el contacto con la naturaleza también tiene un efecto positivo en nuestra capacidad para regular nuestras emociones, lo que contribuye a mejorar nuestra salud mental.
En segundo lugar, estar en contacto con la naturaleza también tiene un efecto positivo en nuestra salud física. Por ejemplo, caminar por la naturaleza tiene un efecto positivo en nuestra salud cardiovascular, ya que ayuda a mejorar la circulación sanguínea y a reducir la presión arterial. Además, estar en contacto con la naturaleza también tiene un efecto positivo en nuestra capacidad para respirar, ya que el aire fresco y limpio de la naturaleza ayuda a mejorar nuestra capacidad pulmonar.
Por último, estar en contacto con la naturaleza también tiene un efecto positivo en nuestra capacidad cognitiva. Estudios han demostrado que pasar tiempo en la naturaleza tiene un efecto positivo en nuestra capacidad para concentrarnos, mejorar nuestra memoria y aumentar nuestra creatividad.
En conclusión, viajar y rodearse de naturaleza tienen un gran impacto positivo en nuestra salud mental y física. Pasar tiempo en una casa rural o en un entorno natural nos ayuda a reducir el estrés, mejorar nuestra salud cardiovascular, respiratoria y cognitiva. Por eso es importante tomarse tiempo para disfrutar de la naturaleza y dejar de lado el estrés de la vida cotidiana.